El final del invierno, los brotes tímidos, los golpes de un calor que nos permite por fin mirar el hogar desde fuera, aún hay gris fuera, pero el color trepa a bandadas de viento, y flores, vendrán las flores.
Siempre me encantan sus casas. Me entran ganas de vivir en alguna de ellas... Y ésta, con mecedora para leer..., indispensable. Tengo ganas de que anochezca para ver el farolillo encendido y humo saliendo de la chimenea. Abrazo de felpudo
2 comentarios:
Siempre me encantan sus casas. Me entran ganas de vivir en alguna de ellas... Y ésta, con mecedora para leer..., indispensable.
Tengo ganas de que anochezca para ver el farolillo encendido y humo saliendo de la chimenea.
Abrazo de felpudo
Niño Cactus tiene razón, usted debería también ser arquitecto.
Un abrazo
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