domingo, junio 20, 2010

La niña de la cara azul 5

5. Pero una noche con un gin tonic en la mano derecha y bajo un foco de luz azul echó de menos madrugar. Las mañanitas al sol de invierno, para desplegar las alas y que le dejaran de doler, nada como el sol. Y al día siguiente madrugó, "puede que de día la gente mire mi cara azul, pero si madrugo igual nadie me ve hasta que llegue a la furgoneta y de la furgoneta a la carretera, allí la gente solo ve coches, no hay caras, solo asfalto."

4 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE
JAVIER

ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE BLADE RUUNER ,CHOCOLATE, EL NAZARENO- LOVE STORY,- Y- CABALLO, .

José
ramón...

NiñoCactus dijo...

...no se imagina cuánta gente daría lo que fuese por tener algo para que se fijen en ellos...
Yo me sigo fijando en sus ilustraciones y textos.
Un abrazo de cielo recién amanecido

La Cenefa dijo...

maravillosas ilustraciones!
seguimos tu blog asi volvemos pronto
te invitamos a conocer el nuestro
www.vientoenprosa.blogspot.com
saludos

elBurbu dijo...

es lo que tienen las mañanitas al sol de invierno… y madrugar en mañas de invierno, que las alas se despliegan rápidas y ligeras. Son el escondite de los despertares sin luces azules.