domingo, marzo 18, 2012

jueves, marzo 15, 2012

María Josefa


Ovejita, niño mío,
Vámonos a la orilla del mar.
La hormiguita estará en su puerta,
Yo te daré la teta y el pan.
Bernarda,
Cara de leoparda.
Magdalena,
Cara de hiena.
¡Ovejita!
Meee, meeee.
Vamos a los ramos del portal de Belén.
Ni tú ni yo queremos dormir;
La puerta sola se abrirá
Y en la playa nos meteremos
En una choza de coral.
Bernarda,
Cara de leoparda.
Magdalena,
Cara de hiena.
¡Ovejita!
Meee, meeee.
Vamos a los ramos del portal de Belén.
(La casa de Bernarda Alba)

martes, marzo 13, 2012

Doña Rosita


Monólogo de Rosita, de Doña Rosita la soltera. 
Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando cosas que estaban muy lejos, y ahora que estas cosas ya no existen sigo dando vueltas y más vueltas por un sitio frío, buscando una salida que no he de encontrar nunca. Yo lo sabía todo. Sabía que él se había casado; ya se encargó un alma caritativa de decírmelo, y todo este tiempo he estado recibiendo sus cartas desde América, con una ilusión llena de sollozos que aún a mí misma me asombraba. Si la gente no hubiera hablado; si vosotras no lo hubierais sabido; si no lo hubiera sabido nadie más que yo, sus cartas y su mentira hubieran alimentado mi ilusión como el primer año de su ausencia. Pero lo sabían todos y yo me encontraba señalada por un dedo que hacía ridícula mi modestia de prometida y daba un aire grotesco a mi abanico de soltera. Cada año que pasaba era como una prenda íntima que arrancaran de mi cuerpo. Y hoy se casa una amiga y otra y otra, y mañana tiene un hijo y crece, y viene a enseñarme sus notas de examen, y hacen casas nuevas y canciones nuevas, y yo igual, con el mismo temblor, igual; yo, lo mismo que antes, cortando el mismo clavel, viendo las mismas nubes; y un día bajo al paseo  y me doy cuenta de que no conozco a nadie: muchachos y muchachas me dejan atrás porque me canso, y uno dice: “ahí está la solterona”; y otro, hermoso, con la cabeza rizada, que comenta: “a esa ya no hay quien le clave el diente”. Y yo lo oigo y no puedo gritar, sino vamos adelante, con la boca llena de veneno y con unas ganas enormes de huir, de quitarme los zapatos y no moverme más, nunca, de mi rincón.

domingo, marzo 11, 2012

Belisa


Amor, amor.
Entre mis muslos cerrados,
Nada como un pez el sol.
Agua tibia entre los juncos,
Amor.
¡Gallo, que se va la noche!
¡Que no se vaya, no!
¡Ay!! El que me busque con ardor me encontrará. Mi sed no se apaga nunca, como nunca se apaga la sed de los mascarones que echan el agua en las fuentes.
¡Amor, amor!
Entre los muslos cerrados,
Nada como un pez el sol.
Amor…
¡Gallo, que se va la noche!
Que no se vaya, no
(Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín)

viernes, marzo 09, 2012

Adela


Pienso que este luto me ha cogido en la peor época de mi vida para usarlo.
No me acostumbraré. Yo no puedo estar encerrada. No quiero que se me pongan las carnes como a vosotras; no quiero perder mi blancura en estas habitaciones; mañana me pondré mi vestido verde y me echaré a pasear por la calle. ¡Yo  quiero salir!
(La casa de Bernarda Alba)

miércoles, marzo 07, 2012

Soledad Montoya


Romance de la Pena Negra
Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad, ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte
,dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
¡Qué pena tan grande!
Corro mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache, cama y ropa.
¡Ay mis camisas de hilo!
¡Ay mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.
Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!
(Romancero gitano)

martes, marzo 06, 2012

La Zapatera Prodigiosa



Cállate, larga de lengua. Penacho de catalineta, que si yo he hecho…que si yo lo he hecho ha sido por mi propio gusto…Si no te metes en tu casa, te hubiera arrastrado… viborilla empolvada. Y esto lo digo para que me oigan todas las que están detrás de las ventanas… que más vale estar casada con un viejo, que con un tuerto como tú estás. Y no quiero más conversación, contigo ni con nadie, ni con nadie.
Ya sabía yo que con esa clase de gente no se podía hablar ni un segundo… Pero la culpa la tengo yo, yo y yo… que debí estarme en mi casa con… casi no quiero creerlo, con mi marido. Quien me hubiera dicho a mi que me iba a ver casada con…!me tiraría del pelo!.
¡Ay, tonta, tonta, tonta! Con tan buenos pretendientes como yo he tenido...!Maldito sea mi compadre Manuel, malditos sean los vecinos, tonta, tonta, tonta!.
(La zapatera prodigiosa)

viernes, marzo 02, 2012

Yerma


Alerta ¿de qué? En nada te ofendo. Vivo sumisa a ti, y lo que sufro lo guardo pegado a mis carnes. Y cada día que pase será peor. Vamos a callarnos. Yo sabré llevar mi cruz como mejor pueda, pero no me preguntes nada. Si pudiera de pronto volverme vieja y tuviera la boca como una flor machacada, te podría sonreír y conllevar la vida contigo. Ahora, ahora déjame con mis clavos.
Quiero beber agua y no hay vaso ni agua, quiero subir al monte y no tengo pies, quiero bordar mis enaguas y no encuentro los hilos.

¡Ay, qué prado de pena!
¡Ay, qué puerta cerrada a la hermosura!,
que pido un hijo que sufrir, y el aire
me ofrece dalias de dormida luna.
¡Ay, qué dolor de sangre prisionera
me está clavando avispas en la nuca!
Pero tú has de venir, amor, mi niño,
Porque el agua da sal, la tierra fruta,
Y nuestro vientre aguarda tiernos hijos,
Como la nube lleva dulce lluvia.
(Yerma)