Bernarda Alba
¡Silencio digo! Yo veía la tormenta venir, pero no creía que estallara tan pronto. ¡Ay, qué pedrisco de odio habéis echado sobre mi corazón! Pero todavía no soy anciana y tengo cinco cadenas para vosotras y esta casa levantada por mi padre para que ni las hierbas se enteren de mi desolación. ¡Fuera de aquí! ¡Tendré que sentarles la mano! Bernarda: acuérdate que esta es tu obligación.
¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!
(La casa de Bernarda Alba)
¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!
(La casa de Bernarda Alba)